Esta mañana cuando íbamos a la escuela, después de cruzar una calle mi hijo se ha girado y me ha dicho:
– Adiós mama, me voy
– ¿Dónde te vas?
– Me voy a Marruecos
Marruecos, Marruecos… este país de sueño en el norte de África, con el sol y el calor, el viento del desierto, el mar inmenso, el frio y la nieve del Atlas… el país donde mi hijo dejó tantas cosas y al que quiere volver… el país donde yo también he dejado tantas cosas…
Por la noche le he preguntado:
– ¿Sabes dónde está Marruecos?
– ¿Dónde está?
– Está un poco lejos para ir andando desde casa… ¿Qué hay en Marruecos?
– Caramelos
– Habrá alguna cosa más ¿no?
– Si, muchos caramelos… y Oriente.
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Pues tendras que volver pronto… y llevartelo!
Todo un poeta, tu hijo!!
Ay, Marruecos…